
Rafael Altamira y su esposa ya descansan en el cementerio de el campello
El Campello ha vivido hoy un día de profundo sentimiento con la inhumación de Rafael Altamira, un hombre que fue condenado al exilio tras la Guerra Civil y que, tras fallecer en México, ha vuelto a su tierra natal para descansar. La ceremonia, presidida por miembros del Ayuntamiento y con la presencia de la familia, ha estado marcada por la emoción y el reconocimiento a una figura fundamental en la historia reciente del municipio.
El rey Felipe VI, quien estuvo presente en la ceremonia de repatriación, se unió al homenaje a Altamira. La vida de Rafael Altamira estuvo marcada por el dolor del exilio, pero también por su lucha por mantener viva la conexión con su patria. Fue uno de los muchos que, tras la victoria franquista, se vio forzado a abandonar España y construir una nueva vida en el extranjero.
En la ceremonia celebrada en el cementerio de El Campello, familiares, amigos y vecinos se reunieron para despedir a un hombre que, pese a la distancia, nunca dejó de amar su tierra natal. La nieta de Rafael Altamira, quien durante años fue su principal apoyo en la lucha por repatriar sus restos, expresó su emoción al ver cumplido el deseo de su abuelo de regresar a casa.
El alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, junto a demás autoridades como el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, rindieron tributo a Altamira como símbolo de aquellos que, como él, vivieron el desarraigo forzoso y la diáspora, pero también como un hombre que con valentía mantuvo vivo su amor por su país.
Con el repique de las campanas y un sentido silencio, los restos de Rafael Altamira fueron finalmente enterrados en El Campello, cerrando un ciclo de años de espera, pero abriendo un capítulo de reconocimiento y memoria histórica para la comunidad.