Los que ya están padeciendo las consecuencias de una Semana Santa poco convencional son los hosteleros alicantinos. Más del 60% afirma que el puente ha ido mucho peor para sus intereses de lo que esperaban. Por este motivo, y por los continuos efectos negativos que la pandemia está produciendo en el sector, la hostelería exige al Consell ampliar horarios hasta el toque de queda y recuperar el 50 % del aforo del interior.