FUNDACIÓN LUCENTUM | Rejón marca una época
Guillermo Rejón colgó ayer las botas en el mismo lugar en el que anunció su retorno, ahora hace un año, a Alicante como jugador de baloncesto. Por aquel entonces, el madrileño sopesaba la retirada, tras el sinsabor del frustrado ascenso de Ourense a ACB. El pívot regresó a la capital de la Costa Blanca, su hogar, para trabajar durante el verano como tiene por costumbre, y aclarar la mente de cara a tomar una decisión sobre su futuro. Finalmente, Rejón llegó a un acuerdo con la directiva de la Fundación Lucentum para volver a enfundarse la camiseta de un club alicantino.
Durante la temporada 16/17, Rejón se convirtió en un referente para la escuadra de Miguel Ángel Zapata, y a pesar de sus 40 años, fue el líder del equipo durante gran parte del año en diferentes aspectos estadísticos. También en lo mental, donde demostró una vez más dotes de líder, sobretodo en los momentos complicados, como el macabro final de temporada ante Valladolid, con Álex Reyes como protagonista de una bandeja que finalmente no se convirtió en canasta. Hundido en un instante, el capitán alicantino levantó uno a uno a sus compañeros tras un dramático desenlace, que dejó helado a todo el pabellón.
Mucho tiempo ha pasado desde que aquel chaval espigado, aún sin canas, abandonase la cantera de Estudiantes para curtirse en Ferrol, y llegar un año después a Alicante para llevar a la gloria por primera vez al Lucentum. Los aficionados al basket no olvidarán jamás aquel equipo, en el cual Guillermo era de lo más jóvenes, y que incluía a jugadores como David Gil, Jorge García, Rafa Martínez, o Calderón, que hacía sus pinitos en el Lucentum, como antesala del gran éxito que tendría por delante el base de Villanueva de la Serena.
En una ciudad deprimida tras la liquidación de la SAD, las canas del madrileño revitalizaron el sentimiento alicantino por la Fundación Lucentum, formando parte de una generación de jugadores, criados en los 80, que sigue peleando por reconquistar y reverdecer laureles de un deporte herido, condenado a un cambio a nivel federativo y organizativo. Jesús Fernández, excompañero de Rejón y también alicantino, está también en esa pelea por levantar el deporte de la canasta, en su caso, llevando a la ciudad de Granada de nuevo la esperanza de un nuevo resurgir.
Ahora, una vez dado el paso a los despachos, el madrileño peleará desde la dirección deportiva que la Fundación Lucentum tenga la mejor plantilla posible, para volver a luchar el ascenso a LEB Oro, tras los tres intentos que lleva gastados la directiva que preside Tony Gallego.