El MACA presenta ‘Arte en una tierra baldía, 1939—1959’ con obras del IVAM a partir del 11 de octubre
El Museo de Arte Contemporáneo abrirá al público el 11 de octubre las puertas de la exposición "Arte en una tierra baldía, 1939-1959" con obras de la colección del IVAM.
Será el 19 de octubre cuando se inaugure oficialmente la muestra que ha estado con anterioridad en el Museo de Bellas Artes de Castellón. En Alicante, la exposición contará con nuevas obras.
La directora del IVAM, Nuria Enguita, ha querido "dar las gracias al MACA por abrir sus puertas al IVAM. La presentación de esta exposición en el museo alicantino responde a dos objetivos fundamentales para el actual IVAM: por un lado, la voluntad de ser un museo itinerante, con una colección abierta y próxima en toda la Comunidad Valenciana; por otro, la de revisar los contextos y los discursos heredados. En este caso, la exposición propone releer la colección del IVAM en el contexto histórico de los finales de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial".
Por su parte, Rosa Mª Castells, Conservadora del MACA, "pone de relieve la importancia de la muestra organizada por el IVAM que pone el foco en uno de los periodos históricos más conflictivos y contextualiza la obra de arte de acuerdo a una realidad social concreta y a las condiciones sociopolíticas del momento, condiciones que incluso pusieron en duda la posibilidad y el sentido mismo de la creación".
"Una lectura novedosa en la programación de exposiciones hasta ahora en el MACA que permite establecer conexiones, simultaneidades, intenciones y gestos entre artistas, obras y colecciones", añade.
Los finales de la Guerra Civil Española y de la Segunda Guerra Mundial proponen mundos antagónicos, escenarios radicalmente diferentes, pero ambos han de edificarse sobre una tierra baldía; en el dolor, en las ruinas y los escombros materiales y éticos que produce la destrucción absoluta de la guerra. Y lo hace en condiciones vitales complejas: en el exilio, en la emigración, en la represión.
Las dos posguerras supusieron una cesura radical para la historia de la cultura. En la España de la dictadura, el proyecto estético imaginado desde la Falange tratará de reducir la cultura a propaganda de estado, romper con los experimentalismos de las vanguardias y retornar a un cierto academicismo articulado desde la idea de lo nacional y lo católico.
En los años cincuenta la necesidad de legitimación internacional del Régimen buscará seguir instrumentalizando la cultura, pero desde un acercamiento a lenguajes más contemporáneos. Eso sí, sin perder las esencias de «lo español y lo católico".
En el resto del mundo, abatido tras la guerra y sus espantos, la ruptura con las vanguardias anteriores vendrá de la inquietante pregunta sobre la relación entre civilización y barbarie.
En ambos casos los totalitarismos, la violencia o la miseria cultural obligaron a numerosos artistas a emigrar, a exiliarse, y a trabajar a la intemperie. Pero su viaje enriqueció singularmente aquellos territorios que les acogieron.